Las burbujas

Abrí los ojos. Sentía frío y cerré la ventana. Sobre el cuarto cayó una quietud y tranquilidad que envidiaba para mi cabeza. De pronto sentí nauseas. Corrí al baño pero al llegar el deseo desapareció. Solo quedaba mi imagen reflejada en el agua del fondo. Las vibraciones de mis manos temblorosas en el agua formaban ondulaciones que hacían juegos con mi cara. Los círculos salían del centro de esta hacia el exterior como si estuvieran radiando un mensaje. Tan pronto tocaban las paredes, las ondas rebotaban chocando con las que apenas estaban naciendo, creando un caos total hasta que se dejaba de percibir mi imagen. Me di cuenta entonces que estaba temblando demasiado. Me paré y decidí que un baño me haría bien.

Bajo el agua caliente me empecé a sentir un poco mejor. Mi cabeza cambió de punto de atención. En vez de pensar en ellas se empezó a concentrar en las burbujas de jabón que se negaban a irse por la coladera. Era una lucha constante: el agua creaba remolinos poderosos para tragarse a las burbujas que desesperadas daban vueltas y se aferraban unas a otras para no caer al precipicio. De pronto, al empezarme a enjabonar el cuerpo, me di cuenta de que aun estaba vestido. ¡Me había metido a bañar con todo y ropa! Golpeé la pared y me maldije a mí mismo. ¿Acaso no podía poner atención ni siquiera a cosas tan mundanas como tomar un baño? Me desvestí aun bajo el chorro de agua y arrojé la ropa al piso. Inmediatamente, las burbujas que aun sobrevivían se aferraron a ella como un salvavidas. Me dio una gran tristeza. Hasta unas burbujas tenían salvación dentro de mi estupidez. Pero yo estaba solo. Estaba tan solo que agarre el jabón y comencé a hacer burbujas y mas burbujas para crearme compañía. Era una linda visión del mundo: Yo y las burbujas. Pero mi felicidad duró muy poco. Sin previo aviso, para variar y no perder la costumbre, se acabo el agua caliente y tuve que salir de un salto de la regadera para no morir congelado. Solo pude ver de reojo cómo las últimas burbujas caían silenciosas por la coladera. Eran como mi vida. Un minuto estaba en mis manos y al siguiente se iba por un tubo.

 

Latest posts by Nathan (see all)